Invierno y marihuana: consejos

Aunque estemos en pleno verano, no está demás ir mirando consejos para el invierno que está más próximo de lo que nos creemos. Muchos cultivadores comienzan a guardar sus instrumentos de cultivo tales como medidores de Ph, macetas, fertilizantes, abonos, sustratos y otros elementos esenciales para la plantación de marihuana. El guardar estos elementos viene como prevención del invierno y de la inactividad que caracteriza al frío respecto a nuestra amada planta. Sin embargo, el invierno no es impedimento para una buena cosecha, por lo que presta atención. Winter is coming! (La maría también).

Lidiar con el frío, miserable y gris invierno ya es lo bastante triste para algunas personas por lo que poder cultivar hierba y alegrarte el día puede ser una de las mejores maneras de lidiar con él. Afortunadamente, hay estrategias que nos permiten mantener cosechas a un ritmo constante para asegurar un suministro estable a lo largo de todo el año, incluido el invierno.

Lo primero que hay que tomar en cuenta es que el cultivo de exteriores en invierno no es realmente posible. Esto se debe a que el helado clima dañará tu planta que tampoco recibirá la suficiente luz solar que necesita para crecer correctamente y florecer. Es por ello que si realmente quieres mantener una constante y productiva cosecha durante cualquier época del año, es mejor pasarte al cultivo de interior donde podrás controlar con mucha mayor eficacia el entorno de tus plantas.

Plantar en los meses de invierno, pero en un cuarto de cultivo interior, puede ser incluso más fácil y menos desafiante que en verano, por ejemplo, donde el fuerte calor oleará tu planta con ondas nocivas de calor que no solo pueden comprometer la calidad del producto que obtengas de ella sino que también puede dañar seriamente la salud de la propia planta. Sin embargo, el hecho de que cultivar en interior sea mucho menos difícil no significa que no debas tener extremadas precauciones y estar constantemente atento a cómo se desarrollan las cosas tal entorno.

Temperatura

Es vital, obviamente, tener un absoluto control sobre la temperatura en un cultivo de interior: debemos vigilar el entorno y estabilizar el calor del cuarto de cultivo (armario en otros casos) entre los 25 a 30 grados Celsius durante el día. Esto permitirá a la planta establecer un periodo de actividad superior a la vez que encontrarse con un entorno que le aporta la seguridad de no verse dañada por rachas de viento o cambios de temperatura tremendamente bruscos.

Durante la noche, la temperatura debe bajar para así simular la nocturnidad que necesita la planta y así ella también puede establecer sus horarios de descanso, dándole a la planta la frescura necesaria para proseguir al día siguiente con su desarrollo correctamente. Para ello la temperatura deberá estar comprendida entre los 18 y 22 grados Celsius.

Ander Clesius (1701-1744): Físico y astrónomo sueco cuya mayor aportación a la historia fue el diseñar la aún utilizada escala térmica centígrada.

 Límite

Hay que mencionar, que en caso de que tengamos algún tipo de problema eléctrico o cualquier otro tipo de contratiempo, debemos de tener muy claro que la temperatura en la que se encuentran las plantas nunca debe caer por debajo de 15 grados ya que se le podrían causar mellas irreversibles a las mismas. No olvides tampoco el hecho de la exposición repetitiva y/o prolongada a temperaturas inferiores a tal límite acabarán matando la planta.

El proceso sintomático de que la planta se está viendo afectada por un cultivo descuidado se muestra, primeramente con una reducción del crecimiento de la misma hasta el punto de que pareciera que no crece ni genera hojas o ramas nuevas. Posteriormente, la planta comenzará a abandonar aquellas zonas afectadas por el frío para poder centrarse en nutrir aquellas zonas que aún están intactas lo cual suele ser únicamente el tallo, que paulatinamente acabará muriendo también.

Marihuana en contacto con el hielo: podemos apreciar como sus hojas comienzan a aclararse y perder vitalidad.

Temperatura: diferencias entre día y noche

Otro elemento a tomar en cuenta es vigilar la diferencia de temperatura entre el día y la noche que no debe ser demasiado grande. Esto tiene un peso especialmente crucial en las tres primeras semanas del periodo de floración, lo cual permitirá a la planta tener amplios y espaciados momentos de desarrollo, que es a fin de cuentas lo que buscamos para una cosecha claramente productiva.

Cultivo en la modalidad de mono-scrog con iluminación activa simulando diurnidad.

Durante las tres primeras semanas de florecimiento hay que intentar mantener la diferencia térmica en un intervalo que no supere los cinco grados. Durante el resto del periodo de florecimiento se podrá descuidar mínimamente este aspecto y hasta una diferencia de 10 grados sería aceptable, no más.

Trucos para controlar la temperatura

Puede sonar molesto y obvio, sin embargo, hay que decirlo: las plantas deberán estar alejadas de cualquier punto de frío en el cuarto de cultivo. Esto nos lleva a señalar al primer culpable: el suelo, que siempre será el punto más frío de la habitación y en segundo lugar, las paredes que den directamente al exterior.

Tales límites del espacio deberán ser revestidos en materiales aislantes térmicos. Otro de los métodos más utilizados es el emplear armarios de cultivo, en los que el control se puede llevar a cabo con mayor precisión.

Luces artificiales

Cuando controlemos la temperatura, también hay que tomar en cuenta el calor que producen las luces artificiales que además de aumentar la temperatura durante el día, también la bajarán por la noche cuando se apaguen. Se puede evitar tener grandes caídas de temperatura manteniendo las luces encendidas durante la tarde y apagándolas a partir del atardecer para que tanto el enfriamiento de la iluminación como el del propio entorno se haga de manera pausada y permita a la planta irse amoldando al mismo.

Por otro lado, surge ahora otro problema: las luces frías. Acabamos de mencionar que hay que tener en cuenta el impacto en la temperatura de la iluminación cuando esta es «caliente», sin embargo, existe también la llamada iluminación «fría» que la componen principalmente las luces LED.

Cultivo de marihuana bajo iluminación LED.

El problema de este tipo de iluminación es que siempre (exceptuando veranos) conllevarán la necesidad de implementar un sistema de calefacción que aporte el control térmico en el que tanto hincapié estamos haciendo, por lo tanto, en invierno, tal sistema de calefacción tendrá que estar en funcionamiento de manera constante, lo que puede repercutir en la productividad del cultivo al producir un gasto energético brutal. Además, las luces LED, los cultivos hidropónicos y el invierno son en conjunto sinónimos de un desastre irremediable.

Humedad

Gotas de agua que se posan en hojas del cultivo como producto de una humedad exagerada y fuera de los límites óptimos para el cultivo.

Además del calor, los cultivadores de interior invernales se encuentran con el dilema de la humedad. La humedad relativa de interior es menor en invierno que en verano pudiendo llegar a colocarse por debajo del rango óptimo para el cannabis. No olvidemos que la marihuana necesita luz, humedad y temperaturas específicas para alcanzar su mejor calidad.

El descontrol de la humedad en interior se puede dar con mucha facilidad ya que la mayoría de los sistemas de calefacción obtienen aire del exterior del recinto (el cual está frío por ser invierno) y lo calientan añadiéndole humedad. El aire frío no tiene la suficiente capacidad sostener tanta agua vaporizada como aire caliente por lo que la primera acaba cayendo, empapando paredes y otras superficies.

Las señales de humedad por encima de la necesaria se pueden perfilar como mantener tus plantas con agua de manera mucho más frecuente a la planificada para los riegos. La adhesión de humedad al aire que se introduce del exterior también puede incluir agentes tóxicos para vegetales si la maquinaria se encuentra oxidada o con otros problemas por lo que las plantas pueden acabar envenenándose y morir, normalmente tras presentar quemaduras por las altas concentraciones de tóxicos y dióxido de carbono.

Control de la humedad

La humedad, si bien puede ser catastrófica es muy fácilmente manejable. Existen productos tremendamente baratos con los que puedes lidiar con ella como humidificadores compuestos de una simple esponja que absorbe el agua del aire, o con aparatos más sofisticados que la eliminarán en tanta cantidad como les indiques aunque el gasto monetario y energético que conllevan tendría que ser estudiado para evaluar su idoneidad.

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