Kief de marihuana
La marihuana es una planta que nos ofrece una gran variedad de utilidades. De un sólo ejemplar es simplemente sorprendente la cantidad de usos, productos y características que nos podemos encontrar. El consumo prolongado de la planta a lo largo de la historia de nuestra especia la ha posicionado como uno de los recursos naturales predilectos de la humanidad. Incluso en nuestros días, los investigadores, consumidores y todos aquellos relacionados con esta maravilla de la naturaleza se maravillan de las sorpresas que sigue escondiendo dichosa planta. Es de entre esta amplia amalgama de utilidades y productos que se pueden sacar de ella que extraemos uno que quizás se te había pasado; el kief de la marihuana.
¿Qué es el Kief de marihuana?
Como hemos visto en otros artículos de nuestro blog, la marihuana, en la espera de ser polinizada, genera una resina que engorda sus cogollos. El objetivo de esta actividad es proteger los receptores del polen de la planta macho hasta que se produzca la fertilización de la hembra.
Esta resina no es un fluido que se escurre por la planta (como ocurriese en otras plantas que rezuman dicho elemento como un elemento cicatrizador), sino que es una capa de bastoncillos diminutos que cubren el cogollo protegiéndolo principalmente de animales herbívoros, los cuales sufren de enromes efectos de desorientación que les hacen rechazar la planta una vez han pasado por la mala experiencia, de hecho llega a ser algo instintivo en ellos ignorar a la planta.
Por otro lado, el olor característico que emite la resina es de gran atractivo para insectos y otros seres que ayudan a la polinización de las plantas. Un tricoma, explicado de manera más clara, es una extensión de naturaleza orgánica en las plantas, concentrando en él elementos característicos e identificatorios de la misma.
En el caso de la marihuana, nos encontramos ante glándulas diminutas que albergan en sus cabezas todos los elementos cannabinoides de la planta, con especial predominancia del THC. Estas glándulas comienzan su vida con el aspecto de un punto diminuto que paulatinamente alcanza su morfología de seta.
Comienza con un aspecto acuoso y transparente que poco a poco se va blanqueando hasta parecer gotas de leche. En su estado ya más maduro comienza a tomar tonos amarillentos que irán decayendo en marrones que demuestran que la planta se está pasando de tiempo para ser consumida.
El kief, por tanto, es el conjunto de estos tricomas de manera separada al resto del cogollo, aunque más precisamente del cristal que se genera en su parte más extrema cuya textura es sumamente pegajosa.
¿Cómo obtener el kief?
Cuando consumimos marihuana lo que realmente queremos introducir en nuestro organismo son aquellos elementos que producen los efectos de relajación y los psicoactivos.
Sin embargo, muchos desconocen que cuando fumas hierba, dichos elementos cannabinoides suponen únicamente, y en el mejor de los casos, un 30% aproximado del producto consumido, siendo el resto material vegetal carbonizado lo que introducimos a nuestro organismo.
El kief se puede obtener de distintas maneras aunque podemos decir sin duda alguna que los métodos más populares son la utilización de un molinillo / grinder de al menos tres compartimento o de una malla.
Grinder o molinillo
El mejor procedimiento para obtener el kief es la utilización de un grinder. Este aparato no es más que un pequeño recipiente que posee tres compartimentos: en el primero se introducirá el cogollo de la marihuana sin ningún tipo de manipulación previa (sin tomar en cuenta el proceso de cosecha, secado, etc.) ya que los tricomas de la marihuana se adhieren con extrema facilidad a la piel y a cualquier tipo de tejido, lo cual es quitarle al producto su componente estrella. Entre el primer y segundo compartimento nos encontramos una placa con orificios circulares.
Sin embargo, estos orificios no son lo suficientemente grandes como para dejar pasar al cogollo en su totalidad. Aquí es donde entra en juego la tapa del aparato. La tapa tiene unas cribas puntiagudas que se dirigen hacia el interior del grinder.
Esto entra en juego gracias a un mecanismo de rotación en el cual, girando la mano, la tapa dará vueltas contra el cogollo de manera que lo triturará y cortará en partes mucho más pequeñas que sí caben por los orificios de la placa y caen al siguiente compartimiento después de un poderoso pero rápido proceso de trituración.
Es ahora, en el tercer compartimento dónde nos encontramos la magia. Entre el segundo y tercer espacio hay un filtro cuyos espacios son considerablemente pequeños pero lo suficiente para dejar pasar los cristales de los tricomas, los cuales caen al tercer compartimento.
Esto es el famoso kief: un polvo un tanto pegajoso y de tonalidad dorada, aunque puede variar a tonos marrones o verdes en caso de contener restos vegetales que le disminuyan la calidad.
El tercer compartimento tiene un suelo rígido y que está diseñado para mantener el polvo suelto a pesar de su pegajosidad por lo que recolectar el kief es sumamente fácil a diferencia de los grinders de dos compartimentos en los que el kief se pega fuertemente a sus interiores siendo su recolección, por tanto, bastante difícil además de mezclarse con la propia hierba.
Malla
Ahora hablamos de una especie de bolsa que contiene en su interior diferentes compartimentos. En el primero es donde colocaríamos el cannabis, nuevamente, sin manipular a ser posible.
El cogollo se frotaría constantemente con el objetivo de ir triturándolo poco a poco, sin embargo, esta trituración no es tan efectiva como en un grinder pero cumple sobradamente su objetivo principal que es el de recolectar el kief que se va cayendo a los siguientes compartimentos mientras que la hierba se mantiene siempre en el primero.
El kief, como ya hemos dicho, es el conjunto de tricomas que conforman la resina de los cogollos y es natural que no todas tengan la misma calidad o tamaño a pesar de venir de la misma planta.
Es por ello que las mallas más innovadoras poseen diferentes filtros, cada vez más pequeños de manera que el polen se clasifica automáticamente en capas, lo cual es muy útil de cara al uso.
Usos del Kief
El kief es la concentración de tricomas por lo que nos encontramos frente a la fuente real de los elementos cannabinoides de la planta. Es por este motivo que una pequeña dosis de kief puede tener incluso mayores efectos que el cogollo en sí.
La naturaleza física del kief lleva a que normalmente su uso no sea otro que el de pulverizar superficialmente el método de consumo con el objetivo de intensificar el efecto que tiene normalmente un cogollo.
Hay personas que tienen una profunda preocupación por la cantidad de producto que introducen en su sistema cuando lo que realmente quieren es el efecto. Es por ello que estos consumidores optan por consumir únicamente el kief y en cantidades controladas, ya que en muchísima menos cantidad, el kief tiene unos efectos mucho más potentes, hecho que también nos obliga a prevenir sobre los posibles peligros de consumir una cantidad exagerada.
Dado que el kief es un polvo, sus usos pueden ir más allá que el de simplemente incrementar el efecto de un porro o una pipa. Hay quienes han ido más lejos y le dan otras utilidades un tanto ingeniosas, como por ejemplo, utilizar el kief como el toque final para cualquier comida, sí, hemos podido comprobar un gran número de casos en los que se ha realizado el aderezo de pizzas con kief de marihuana, o incluso mezclarlo con café o leche con resultados muy satisfactorios para los consumidores.
Esto se debe a que el calor activa totalmente a los cannabinoides presentes en este polvo haciendo que sus efectos sean casi inmediatos y de muchísima mayor potencia y duración.
Efectos del kief
El kief puro y bien conseguido (es decir, sin restos vegetales o de tricomas demasiado maduros) tiene unos efectos un tanto diferentes al de un cogollo normal. Se ha reconocido que tienen un efecto psicoactivo muy por encima del consumo habitual, lo cual genera sensaciones mucho más fuertes e incluso alucinaciones más sorprendentes.
Es por esto que nuevamente es necesario indicar que si bien el consumo de kief es muchísimo más interesante, sus pequeñas cantidades engañan, siendo peligro pasarse con la dosis. Muchos expertos coinciden en que la dosis segura de kief corresponde a un tercio de la dosis habitual de hierba.
Kief y hachís
El kief se puede decir sin duda alguna que es el estado crudo del hachís, ya que este último se obtiene tras hacer pasar al primero por una serie de tratamientos. Para conseguir el hachís, se concentra el kief hasta formar una bola que se somete a altos niveles de presión y de calor. Esto rompe las glándulas de resina de forma que tanto el sabor como los efectos del mismo cambian.
Otro cambio característico es que el kief pasa de ser un polvo dorado a una bola verde oscura con pigmentos marrones. La intensidad y oscuridad del verde dependerán directamente de la presión que se haya aplicado para su obtención. Cabe señalar que mientras el kief tiene un efecto mucho más fuerte que el de la hierba consumida de manera normal, el hachís tiene aún más potencia, superando al kief.
Bola de hachís lista para el consumo.
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