¿El aceite de CBD caduca?

¿El aceite de CBD caduca? 

Vayamos directamente al grano. La respuesta es sí, el CBD puede estropearse como cualquier otra vitamina o suplemento. El aceite de CBD tiene fecha de caducidad, y la tiene por una sencilla razón. 

Como todos los cannabinoides, la estructura química del CBD se va degradando a medida que va pasando el tiempo.  

Para evitar que tu aceite de CBD pueda echarse a perder antes de lo esperado y permanezca en buen estado durante unos pocos meses, existen algunas pautas a tener en cuenta antes de comprarlo. 

¿Qué aceite de CBD comprar? 

A la hora de comprar aceites de CBD, debes asegurarte de que estos venga almacenado en frascos de color oscuro. La razón por la que el aceite de CBD se almacena con colores oscuros es para evitar que la luz solar pueda degradar los cannabinoides.  

Una vez en casa, asegúrate de guardarlo en un lugar fresco y seco entre 15º y 22º.

Puedes almacenarlo dentro de cajón o armario de casa alejado de radiadores o aparatos de aire acondicionado. 

Para minimizar la cantidad de tiempo que el producto está expuesto al aire, colócale el tapón justo después de usarlo.  

Siguiendo estos simples consejos, tu aceite de CBD puede durar hasta un máximo de 2 años, lo que hará que puedas ahorrarte un dinero.  

¿Por qué es tan importante la fecha de caducidad del aceite de CBD? 

Como hemos comentado anteriormente, la importancia de la fecha de caducidad del aceite de CBD se debe al estado de sus cannabinoides. 

Si estos cannabinoides están expuestos a agentes externos como la temperatura, el aire o la humedad irán degradándose conforme va pasando el tiempo, por lo que terminarán perdiendo su efectividad.

Del mismo modo, la forma de extracción del producto puede jugar un papel bastante importante en la calidad y la conservación del mismo. 

Cuando se trata de CBD, es preferible usar algún método de extracción que preserve los cannabinoides con la menor adulteración posible.

Evitar el uso de disolventes y realizar extracciones de CO2 puede ser una buena idea para preservarlos en buen estado.

Esta extracción con CO2 da lugar a un aceite mucho más puro, seguro y de mayor calidad. Por esta razón, es uno de los métodos de extracción elegido por muchos fabricantes. 

Cómo mantener el CBD fresco 

Lo primero que te aconsejamos es que compres tu aceite de CBD en un Grow Shop de confianza, donde todos los aceites hayan pasado un control de calidad antes de haber sido puestos a la venta. De esta forma te aseguras de que tu compra es un aceite de CBD 100% legal con un contenido de THC inferior al 0,2%.

Para conservar tu aceite fresco, puedes llevar a cabo algunos pequeños trucos: 

• Guarda el aceite de CBD en un lugar oscuro. 
• Sella bien el tapón cuando termines de usarlo. 
• Si la temperatura de tu casa es demasiado alta, puedes guardarlo en el frigorífico. 
• Evita dejarlo en el coche, las altas o bajas temperaturas pueden echarlo a perder. 
• Mantenlo alejado de niños pequeños o mascotas. 
• Evita guardarlo en un lugar expuesto a la luz o al calor, como ventanas. 

¿Qué factor es determinan la fecha de caducidad?

Al igual que el THC, la luz y el calor también son un factor importante que influye en la velocidad de las reacciones químicas del CBD. 

Otros factores a tener en cuenta son los ingredientes no derivados del cannabis, como aceites aromatizantes o portadores. Estos aceites aromatizantes pueden tener algún tipo de aditivo, por lo que, la carrera contra la caducidad no está directamente relacionada con el contenido de CBD. 

Si el aceite de CBD empieza a cambiar de color o se ve más oscuro o turbio, podría ser síntoma de que está empezando a estropearse. 

Un cambio de olor o sabor es otra de las señales de que el estado del aceite del CBD no es el más indicado.

No hay datos actuales que demuestren que consumir CBD después de su fecha de caducidad perjudique a los consumidores. Sin embargo, se degrada en un compuesto llamado «quinona».

Aunque no se han realizado muchos estudios sobre la quinona única derivada del CBD, la pérdida de CBD reduciría la eficacia del producto, por lo que no se percibirían todos sus beneficios.