Cómo produce la marihuana sus efectos

La popularización del consumo de marihuana ha llevado a que se le quite el tabú de ser una sustancia destinada a hippies drogadictos. El cannabis (el nombre propio de la hierba) ha sido utilizado por milenios como un producto medicinal.

Sin embargo, mientras aspirinas y opiáceos aumentaron su popularidad, el uso de la marihuana sufrió un serio declive que la llevó a ser presa de los más incultos y dañinos argumentos en aras de favorecer el consumo de otros medicamentos de origen industrial. Esto llevó a que en EEUU fuera oficialmente criminalizada en 1937, por ejemplo, a pesar de la clara negativa por parte de la Asociación Médica Americana (AMA).

No obstante, no estamos aquí para debatir los pros y contras de su legalización, sino que en esta publicación estamos interesados en explicar con exactitud qué ocurre en nosotros cuando consumimos este producto natural.

Cómo funciona la planta

Habitualmente habrás escuchado hablar de dos tipos de marihuana: la sativa y la índica. Cabe mencionar que los científicos no se ponen de acuerdo en cuanto a la cantidad de especies que hay, afirmando muchos de ellos que hay 3 especies principales en vez de dos, aunque sí que es cierto que al momento del consumo todas trabajan de la misma manera.

Las plantas de marihuana producen un componentes químicos llamados cannabinoides. Los más llamativos a la vista de consumidores e investigadores es la delta-9-tetrahidrocannabinol, más comúnmente referido como THC, y el cannabidiol (CBD). El primero es el componente más psicoactivo, por lo que cuando el cannabis es consumido, es el THC el que te da la sensación de «volar» y mientras más cantidad de esta sustancia entre en tu organismo, más potente será esta sensación, la cual se acompaña por una sensibilidad al sonido mucho más fuerte y un hambre más acentuada. Todas las sensaciones relacionadas con la relajación y el bienestar que produce la planta, son consecuencias directas del THC.

Por otro lado, el CBD es un antagonista del THC ya que no posee los efectos buscados por los consumidores habituales de la planta pero sí que contiene aquellos efectos beneficiosos de la planta. El CBD es la sustancia que reduce el dolor y la espasmosidad muscular, a la vez que puede provocarte una relajación mucho más auténtica y sana que la que produce el THC, por lo que es éste el componente de mayor importancia para los estudios medicinales.

Los estudiosos de la planta sienten un profundo apego por la segunda sustancia, sin embargo, no es posible separar ambas, por lo que una necesariamente se verá acompañada de la otra.

¿Qué efectos tiene la marihuana en tu cerebro?

Primero, una lección de neurociencia: tu cerebro está constituido de neuronas y circuitos neuronales. Las neuronas son células largas y delicadas que disfrutan de una cierta distancia unas de las otras. Para crear un «puente» que llene el vació entre estas, se crea una sustancia química llamada neurotransmisor que se encarga de entregar los mensajes viajando de una neurona a la otra y sujetándose a moléculas llamadas receptores. Esta actividad se llama sinapsis.

¿Por qué te contamos esto? Muy simple, una de esas sustancias neurotransmisoras es muy especial y se llama endocannabinoide. Sí, nuestro cuerpo produce su propia hierba en el cerebro.

Cuando experimentamos dolor, inflamación o estrés e incluso problemas relacionados con nuestros miedos o estados anímicos, nuestro cuerpo produce y suelta esta sustancia las cuales van a nuestro sistema endocannabinoide para poder librarnos de esas indeseadas sensaciones.

De esta manera, siendo los cannabinoides presentes en la marihuana extremadamente similares a los que nuestro propio cuerpo crea, las primeras también son capaces de actuar de la misma forma con la diferencia de que las de origen vegetal tienen muchísima más potencia que las humanas.

Los efectos a corto plazo

Tras ser consumida, ¿cuánto tarda en efectuar su magia? Bueno, esto depende de cómo la consumes.

Cuando la fumas, el efecto se presenta con mucha mayor velocidad ya que entra al torrente sanguíneo de manera directa, mientras que cuando la comes puede tardar de veinte a treinta minutos para manifestarse.

Probablemente has escuchado que la sativa produce sentimientos de euforia y te llena de energía mientras que la índica es buena para manejar el dolor y dormir. Todo este tema de las cepas y sus efectos no tiene una base científica de que producirán efectos diferentes, sino que esto se debe a los largos años de mestizaje y experimentación ejercidas sobre las plantas, las cuales han degenerado sus efectos originales a lo que conocemos hoy en día.

Por esta misma razón, es difícil encontrar los orígenes genéticos de las plantas debido al descuidado cruce y mezcla de las plantas, sin reservar ejemplares originales para poder establecer una genealogía en condiciones, por lo cual al momento de investigar e intentar perfilar el origen de las plantas de marihuana sólo se puede especular.

Para los científicos todo se reduce a la concentración de THC y CBD y no se centra en la cepa propia de la planta, ya que, por ejemplo, la famosa variedad Purple Haze es una sativa pero sus efectos son claramente índicos.

Los científicos tienen también un problema matemático para calcular los efectos que producirá en determinado momento un producto cannábico ya que cuando la dosis tiene predominancia de THC tendrás un efecto cada vez más paranoico, mientras que con el CBD será de relajación aunque no hay una fórmula matemática estable que pueda precisar tales efectos antes de consumir.

Los efectos a largo plazo

Las consecuencias de un uso casual y prácticamente único se reducirán a las decisiones del sujeto y los estragos que pueda causar, siendo algo meramente anecdótico la mayoría de ocasiones. Sin embargo, este riesgo casi cómico en usuarios no habituales o casuales no tiene este mismo carácter en consumidores recurrentes.

Diferentes estudios han demostrado, de manera irrefutable, que el consumo de marihuana repetido y habitual es ampliamente dañino cuando se posterga por décadas.

En un estudio realizado en consumidores frecuentes de marihuana por veinte años demostró que las papilas gustativas de la lengua perdían capacidad para reconocer sabores. Este efecto no es algo realmente temerario pero sí que lo es el hecho de que estos consumidores pierden su actuación cognitiva con mucha mayor rapidez que aquellas personas que no abusan de la planta, de forma que su memorial verbal se ve estrepitosamente empobrecida.

Otros estudios han demostrado que los usuarios etiquetados como adictos tienen un hipocampo y amígdalas de volúmenes reducidos. Estas partes se centran en la creación de nuevos recuerdos y controlan el mecanismo de lucha o huída del individuo, es decir, que estos consumidores ya no eran capaces de decidir si defenderse o huir de situaciones conflictivas, optando por la sumisión.

Todos estos estudios tienen en común que lo que realmente determina el efecto a largo plazo de la planta es la edad a la que empezó a consumirse, ya que a lo largo de nuestra vida nuestro cuerpo va cambiando y esta evolución se verá marcada por la forma en que nos cuidamos. Es por ello que quienes han empezado a utilizar la marihuana a una edad muy temprana, cuando el cerebro no ha conocido un desarrollo completo, tienen una tendencia muy clara a recibir peores efectos tardíos en su salud.

La línea de fondo de los efectos de la marihuana

Investigadores, científicos y todos los eruditos que le dedican su tiempo y recursos a estudiar esta planta sólo han sido capaces de rasguñar la superficie del potencial que tiene esta planta.

Se obtiene muchísimas opiniones sobre el alivio del dolor e incluso su uso para curar determinadas variables del cáncer y a pesar de ello, se sigue desconociendo la plenitud de la planta.